Se reafirma la importancia del crecimiento y de la estabilidad económica pero solo como un elemento dentro de un conjunto de características que están a la par, si queremos visualizar para el futuro un verdadero desarrollo para México. No es posible buscar el crecimiento económico y esperar luego como consecuencia necesaria la distribución de la riqueza. No podemos reducir el desarrollo ni solo al crecimiento ni solo al ingreso per capita, sino que debemos incidir en otros elementos también determinantes de la vida humana como la salud, la educación, la participación ciudadana en instituciones democráticas e incluso la cultura misma. Retomamos el concepto de Desarrollo Humano de la ONU, quien lo aplica desde 1990 para la medición de los países. Es un planteamiento muy sugerente pero que debe surgir de un consenso democrático en cada uno de los países.