En el siglo XIX surgieron dos estrategias de convergencia para las naciones americanas. Una de ellas se identificó con la lucha de Simón Bolívar y se fue plasmando en el nombre de América Latina o América Nuestra; la otra se expresó en la primera Conferencia Panamericana convocada por los Estados Unidos en 1889 y que ha tenido continuidad hasta las Cumbres de las Américas (en Miami en 1994 y en Santiago de Chile en 1998). Junto al modelo del panamericanismo y latinoamericanismo también ha surgido en la última década del siglo la propuesta de la comunidad iberoamericana que se ha expresado en las cumbres iberoamericanas que reúnen a los presidentes y jefes de estado de América Latina junto a España y Portugal, a partir del año 1991.